lunes, 7 de septiembre de 2015

La dama de la Barranca Yahutecana



Dicen que sucedió durante la invacion mexica, cuando la guerra fue especialmente despiadada.
Entonces; todos los pueblos del señorio fueron llamados a la guerra para expulsar al enemigo. Una mañana despiadadamente fría, salio de Yehualtepec un grupo de varones naturales del lugar, dispuestos a expulsar a los invasores. Entre ellos estaba un joven recién casado con la dama mas bonita del pueblo. La joven esposa no quería que él fuera a la guerra. Pero pelear contra el enemigo era un honor. El marcho alegremente. Ella quedo muy triste, con la esperanza de ver a su esposo volver.

El tiempo pasó; el ejercito local fue derrotado. Muchos valerosos guerreros fueron tomados prisioneros, y después comidos por los invasores.

La joven esperaba todos las tardes el regreso de su amado. Pasaron días, semanas, meses. Pero ella se negó a aceptar que su esposo ya no estaba en este mundo.
Todas las tardes, sin falta; vestia enagua larga de manta blanca, blusa blanca con bordados en el cuello, y cubría su cabeza con un rebozo también blanco. Salia a esperar a su amado. Dicen que le hablaba a las nubes, que le sonreía al viento, que lo llamaba con sus hermosas manos, le decía: ven querido mio, sígueme.

Los sacerdotes del pueblo, al ver tanto sufrimiento, decidieron implorar al dios del inframundo. Para que se apiadara de ella, y la llevara a reunirse con su amado.
Así; una tarde, cuando ella salio a esperar vestida de blanco. El dios de la muerte acompañado por una nublazon negra, como un desfile de lo macabro, paso por ella para reunirla con su amado.
Pero el buen dios quiso que este inmenso amor fuera recordado para siempre, y creo un anima, que vagara en busca de su amor.

Desde entonces; cuando algún hombre del pueblo sale de una fiesta a altas horas de la noche, y a tomado sus copitas. La puerta de los mundos, que separa los vivos de los muertos se habré. Y da paso a una mujer vestida de blanco, que camina por el jaguey sabino, rumbo a la barranca Yahutecuana en dirección al camino viejo a Zuzutla y San Mateo Tlacomulco. Ellos juran que la mujer los apalabra, que les sonríe, que con su mirada dice: ven querido mio, sígueme. Y que con sus hermosas manos les hace señas para que la sigan.

Entonces a los borrachitos les surge el irresistible deseo de seguirla, y van tras ella. Pero por mas que arrecian el paso, nunca la alcanzan. Y si por la apuracion de seguirla no miran el suelo que pisan, pueden llegar al borde de la barranca y caer por el desfiladero. Muchos han caído por lo mas profundo, otros solo sufren magulladuras y descalabros, entonces vuelven a casa sobrios, recordando que esta es una lección a los vivos. De que no hay nada mas fuerte que el amor.


Dicen que fue en ese tiempo, la verdad nadie lo sabe de cierto. Pudo ser en cualquier otro tiempo mucho mas remoto.
reloj, foto: Aldo Uchiha