Relatos de una abuela Popoloca
A una recién parida:
Mmm mija come, ya no llores, come,
el angelito ya esta con tata dios.
Bien que se te dijo, el enemigo siempre anda afuera,
por eso las criaturas deben dormir bien protegidas,
envueltas en una camisa del hombre que esté al revés,
o unas tijeras abiertas justo arriba de su cabecita.
un sombrero cabeza arriba, así, el nahual o la nahuala
no podrán llevarse al angelito.
La desdichada joven empezó a sollozar otra vez en
silencio.
Mientras se acomodaba el rebozo que le habían puesto
en el temazcal para cerrarle la cadera.
El viento seco venía de San Miguel Zozutla,
expandía por todo el pianito la voz chillona del rezandero
del pueblo, que había empezado el rosario por el alma
del recién nacido, atacado por seres oscuros,
los seres de la noche.
Salgaan salgaan salgaaann,
Animas en penaaa,
Que el rosario santooo,
Rompe sus cadenaaas